miércoles, 31 de enero de 2018

De algo hay que...

De algo hay que morir, les dije,
o eso pienso cada vez que te veo.
De algo hay que vivir, me dijeron,
pero no admití que también lo pienso si te veo.

Quiero que exploten estas líneas,
y que me dejen dormir hasta que mañana sus ojos vuelvan a abrir fuego.

martes, 30 de enero de 2018

Las estrellas.

23/01/18

También tengo amor que ya no voy a confesar nunca, porque ya no sé si se trata de espacios o vacíos. Y hay una sombra eclipsando mi corazón que no quiere volver a amanecer, solo así ve venir las estrellas que quieren impactar sobre mí para hacerme caer.

Sonrío en el vacío.

Me miran, me preguntan, no sé que responder. Llevo los ojos rojos, pero no sé de qué.
Me pesan, y esta vez no hablo de mis ojeras.
Los hielos se han derretido, y no sé si es por exceso de tiempo o de infierno.
Siguen mirándome, sonrío en el vacío.
Están hablando, y aunque escucho, no oigo nada.

Tengo el corazón en un puño. 

martes, 16 de enero de 2018

Tu luna.

También tengo palabras que no voy a confesar nunca, y quien quiera encontrarlas deberá ganar que se las escriba en braille por la piel con el tacto de mis yemas. Y si al final queda algo bonito en mí es todo aquello que ni escribo ni recito, siempre he sido más de no dejar cicatriz, pero si las huellas que delatan que si paso por tu luna no voy a ser otra cualquiera. 

miércoles, 10 de enero de 2018

Desértico.

Tengo zafiros que me quieren sin pensar y siguen sin ser correspondidos, la parte que les toca es en ocre porque en mi iris hace tiempo que todo es desértico, y a mí siempre me dio miedo no divisar el horizonte de ese mar paradójico. 

Sigo con los pies en la tierra, como siempre, pero las dunas de mis dudas nunca son estables, y solo me cuelgo de la pupila más oscura que en la noche me pueda tragar.