Soy una intensa. No me gustan las cosas a medias, y aunque a veces me quedo en fase menguante siempre acabo sabiendo como llenarme. No quiero prisas, pero mis córneas son prismas que saben como tergiversarme por el camino. Y es entonces cuando lo que rompo no vuelve a ser lo mismo.
jueves, 27 de octubre de 2016
Circunferencias con fin.
Se me da de pena cerrar heridas, pero tan solo las mías.
Dibujo circunferencias parecidas a las tuyas,
con las que de vez en cuando me miras, pero con las que no me sueles ver.
Trece.
Son el número de veces, que, sin éxito, te llamé, y me hiciste perder.
Es Martes, y aunque siento tanto como antes, este es nuestro desenlace.
No tienes más espalda para mis letras, ni yo ganas de tus tretas.
Indispuestas a volver a dejarme entrever lo que la vida me ha negado una y otra vez.
sábado, 17 de septiembre de 2016
No lo he vuelto a hacer...
No he vuelto a abrazar
a nadie de la misma manera.
Tampoco he temblado.
Ni he conectado con ningún otro iris,
fuera de canela, azul cielo o menta.
Me he desvelado a la espera,
pero no llegas.
Te he buscado en lo inefable,
porque siempre me abandonas.
Ha pasado un lustro desde entonces,
y sigo en la limerencia de tu boca.
Que por muchas epifanías que te escriba,
este principio nunca tendrá fin.
a nadie de la misma manera.
Tampoco he temblado.
Ni he conectado con ningún otro iris,
fuera de canela, azul cielo o menta.
Me he desvelado a la espera,
pero no llegas.
Te he buscado en lo inefable,
porque siempre me abandonas.
Ha pasado un lustro desde entonces,
y sigo en la limerencia de tu boca.
Que por muchas epifanías que te escriba,
este principio nunca tendrá fin.
sábado, 20 de agosto de 2016
A ningún lugar.
No voy a ningún lugar, y tampoco soy de alguien. Vivo cogiendo andenes que nadie quiere. Siempre fue más fácil llorar que intentarlo una vez más. Y a tantos kilómetros prefiero guardar aliento, me queda un océano por cruzar. A ver si por algún casual logro escapar del monstruo que desde niña me quiere devorar.
domingo, 3 de abril de 2016
¿Quién eres?
Si fuera tan fuerte como digo no me habría bebido todos los sentimientos de tristeza que nunca cuento. Se va el invierno, pero a mí se me queda dentro. Al menos ya no tengo submarinos en el pecho, prefiero comer techo y hacer de el mi lecho. Me echaron las cruces por dar la cara, y ahora mi primavera parece otoño y los huesos me cala. Te he escrito baladas cuando la carne de ti tenía hambre. Como siempre, sigo teniendo dudas. Estoy buscando a alguien a oscuras, serás tú, a quien ni aún he puesto nombre.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)