viernes, 15 de diciembre de 2017

Réquiem III

Ya no me reconozco en ninguna de la cosas que amé, huele a más invierno que nunca, y el frío me pasa de largo porque ya no queda ni una pizca más de calor que robarme. Es quince de diciembre a bajo cero, y ya no hay señales de vaho empañando los cristales de mi alma. No sabría mediar palabra alguna aunque preguntasen, voy hecha un desastre, y me conformo con no manchar todo lo que se ponga por delante.

jueves, 14 de diciembre de 2017

A las cinco.

Me puse tu canción, esperando encontrar palabras de aliento. Y cada noche que miro el reloj, casualmente siempre marcan las cinco.

Al final he entendido que nada de lo que escriba será transverso en tu pecho, ni en ningún otro. Todo esto ya no viene a cuento, pero despedirme tampoco. Así que seguiré habitando en mi querella, te espero mañana a las cinco.

jueves, 30 de noviembre de 2017

Réquiem II

Mañana llega Diciembre, y para este invierno voy a poner todos mis recuerdos a arder, otra vez. Voy a marcharme, y aquí dejo las cenizas que premonicé que iban a suceder. Ya no queda puerta ni brecha para que irrumpan en mí siquiera una noche más, estoy deshaciéndome, tanto, que estas son las últimas palabras que voy a alcanzar.

domingo, 29 de octubre de 2017

Réquiem I

Estoy de vuelta, como siempre, pero en cada deja vu un poco más diferente. Mi memoria no encuentra límites. Y yo sigo igual de intensa, dejando las cosas a medias. He aprendido a hacer castillos con las cenizas de lo que antes era, y que se desvanezcan con el suspiro de quien me quiera. Porque cariño, las cicatrices nunca se borran, incluso a veces con los dedos las repaso, para que no se me olvide que de lo que mata también hay salvación, aunque sea abrazando al dolor. Y aunque no me crean nunca escribo la misma palabra dos veces, pero las que digo siempre se quedan, y nunca existirá brecha en el tiempo que consuma los sentimientos que una vez tus ojos desencadenaron.

lunes, 23 de octubre de 2017

Epitafio IX

Antes de ti ya habían pasado muchas cosas, mis noches ya trascendían con el día y las ojeras siguen siendo igual de largas y pesadas. Tenía forma de luna acomplejada y muchos lobos que me aullaban a deshora, pero contigo la loba era yo y la luna tú, por alumbrar mis tinieblas después de siglos de glaciación. No puedo sacar lo que ya estaba dentro, ni puedo secar todo lo que mi pecho ha derramado, pero después de ti va a ser todo desierto. Y este reloj parado no necesita más granos de arena si no van a ser tus manos las que le den el tiempo que me negaron una y otra vez.

Antes de ti, la muerte me miró cincos veces a los ojos, y dos veces me susurró un ¿y si...?.
Antes de ti, me rompieron el corazón y nadie nunca más me lo volvió a blandir.
Antes de ti, estuve en muchos lugares y ni a mi propia cama la supe llamar hogar.
Antes de ti, tenía océanos insalvables de cruzar y ahora los buceo todos,
aunque me de miedo.

Antes de ti, no puse ningún nombre, y ahora todos se lo saben.

sábado, 21 de octubre de 2017

Epitafio VIII

En su cama neones, hay más humo del que pueda notar, y ya no sé si brota de su piel o de la mota. Vamos por el octavo pero mi mente no absorbe. Después de esta noche me escapo, acometo mi adarve y pongo fin a esa hecatombe. 

Epitafio VII

17/10

No encuentro palabras para explicarte este desorden, tengo dos lunas por ojos que solo se encienden cuando notan que me entiendes, aunque ya no diga nada. Y en ellas un cráter se forma cada noche que no te ven. Al final voy a quedarme hasta con el alma en fase menguante porque se me están acabando los días para poder orbitar una vez más en tu centro de gravedad

jueves, 5 de octubre de 2017

Epitafio VI

Cariño, soy triste por naturaleza desde los siete. Por eso hay daños que nunca podría causarle ha nadie. Nunca pasé por los quince, tuve que crecer antes de tiempo para que nadie en casa por mí llorase. Y hasta ahora me he dejado el corazón que ya no tenía en intentar salvarte. No voy a culpar a nadie, los demonios piensan en mí porque ya no pueden desquiciarme. Aunque a veces siento que estallo, termino recomponiéndome, y acabo escribiendo sobre lo inefable que mi pecho al mundo intenta ocultarle.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Causa perdida.

Sus ojos no eran clásicos, eran los únicos que irrumpían en mi inexorable indiferencia, que rompían mi cráneo y que reinaba en mi pecho su bruma. Han pasado años, pero la noche que me los encuentro hago el amago de caer. Pero ya no caigo. No está hecha mi boca para el amargo de tu causa perdida. Olvidé, y por un descuido he terminado matándome en aquello de lo que llevo tanto tiempo huyendo. Siempre amando la espina sin antes ver si queda flor encima. No aprendo a pesar de que me enseñaste que ni tratándose de los dos nunca se llega a ninguna parte. 

viernes, 15 de septiembre de 2017

Epitafio V

Hay noches que la tristeza todo me puede. He dejado de ver las cosas que antes el corazón me movían, lo tengo todo reducido a cenizas en mis manos, y ya no sé si pertenece al cigarro, a mi pecho ardiendo, o al pasado que con lagunas de dolor recuerdo.

Tengo al frío de la madrugada pegando en mi espalda, se ha abierto una veda, y esta vez no sé si voy a poder saciarla.

Epitafio IV

Me he pasado toda la noche despierta, y ya no sé como limpiar esta carcoma que me dejan de herencia. Pasadas las tres te escribo lo que quieras, y de regalo estas carencias que tantas cicatrices me cuestan. Me sangran las encias de aferrarme hasta con los dientes al clavo ardiendo que desde hace tanto tiempo me somete. Si pisas por donde piso yo te mueres, por eso me he encerrado dentro, no necesitamos más mentes rotas y cuerpos descompuestos. Ya me darás las gracias cuando pague el precio de la mala suerte que me tocó por ser todo corazón memento.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Epitafio III

Cariño, yo ya no tenía corazón ni alma para nadie. Hice contigo excepciones, y me propuse darte lo que quedaba de mí. Que por poco que fuera, creo que no merecí este ensañamiento. Me sé la teoría, y tengo marcas encubiertas bajo el pecho que demuestran también la práctica. Y aunque fue precioso, me arrepiento, ojalá no formaras parte en mis adentros. De haberlo sabido habría dejado que murieras de frío, como ahora me dejas morir a mí para vivir en una falacia. No tenía la vida para jugármela por más cosas sin sentido, y tú que lo sabías, no te importó y lo has dejado todo aún más vacío. Espero que algún día pienses más allá de tu ombligo, y dejes de robar el amor que quizás otros si hubieran apreciado tenerlo consigo.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Epitafio II

A veces me asomo a mi pecho, como con miedo, después de tantas lunas no sé que me puedo encontrar en ese cráter emocional. Este océano desierto, que ya no me tiene nada para ocultar desde que lo desbordé todo por el arrecife de sus ojos, donde me quedaría a vivir para hacerle honor a los secretos de mi nombre, que suyos son.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Epitafio I

29/08/17

Se avecina una tormenta que mi pecho ha originado. Empieza a oírse el eco de los truenos, y no me importa acabar esta noche fulminando más de un alma. Si ves que algo destella escóndete, son mis demonios buscando a quien me ha apuñalado, los tengo dominados. Y cuando veas que algo gotea cierra los ojos, va a explotar el aguacero que por ti me he tragado. Es 29 de agosto, y creeías que ya lo conocías, pero después de esta madrugada vas a llamar al frío por mi nombre. Sigo siendo el caos, ahora al tiempo le ordeno yo las cosas.

lunes, 29 de mayo de 2017

Nebulosa moral.

Resulta que aún hay noches que todo lo pueden, que todo adentro me mueven. Mi pecho estrellado, adquiriendo la forma de universo acomplejado, que ya no hay ojos que aborden este agujero negro tan enorme. Si estoy una vez más en el zenit entrópico de mi nebulosa moral, donde el alma pesa tanto como para hacer que pierda mi centro de gravedad, una vez más.

lunes, 27 de marzo de 2017

Sin título. 1

Ojalá terminar de romperme,
para que algo o alguien vuelva a hacerme.

Ojalá mis ganas neutras, o extinguidas.

Pero a estas alturas el vértigo es omnipresente
y yo ya no tengo más palabras que ejerzan de paracaídas.

Estoy estallando de nuevo.

Porque ya no sé dar la talla aunque ponga
el empeño, mis puños y más años,
aparte de los cinco que llevo colgando.

Ojalá contarte lo innombrable pero no sé
quien coño eres y estoy echando la llave.