lunes, 8 de octubre de 2018

Incendio.

Para extinguir un fuego tienes que correr riesgos y acercarte a él, y ese es el problema con algunas personas, que ven el humo pero no te quieren lo suficiente como para salvar hectáreas enteras de ti, y te dejan arder.

domingo, 19 de agosto de 2018

Sin título 5

Dicen que si lo deseas muy fuerte el universo conspira a tu favor, pero tengo miedo de que por mis ganas se caiga el cielo, y ya no queden estrellas para pedir que en realidad lo que más deseo que se cumpla es lo que traiga tu felicidad, aunque sea fugaz y tenga que perpetuar a San Lorenzo a llorar una eternidad para que rias durante un instante tú.

martes, 17 de julio de 2018

Bóveda de estrellas.

Tengo conversaciones, besos que no di y noches frías que pertenecen a la misma bóveda de estrellas que reflecta mi pecho para que pidas todos los deseos que quieras tú, a ver si por algún casual consigo que orbite tu luna en todo este espacio que para ti reservé. Lo he probado, pero en ninguna de esas galaxias encuentro otro cuásar que me atrape aunque no tenga principio de explicación.

domingo, 27 de mayo de 2018

Samadhi.

La brisa ondea las palmeras, y las hojas, y esta sonrisa de oreja a oreja. Todo aquí está en calma, y afuera también. Todo lo que sea primero es para mí, y los primeros son impares, no es lo que esperaban recibir, pero yo tampoco elegí esta vida con corazón de forajido, no es culpa de nadie, pero después del eclipse ya nunca más quise ni quedarme contigo.

jueves, 3 de mayo de 2018

Esmeraldas.

Hay una brisa que ya no corta mi cara,
que solo acaricia todos los valles de mi alma.
Hay un escalofrío que recorre mi espalda,
será que me están gustando unos ojos esmeralda.
Hay una canción que suena en bucle esta madrugada, y un cielo empíreo que brilla exclusivamente para mí, sin haber pedido nada. 

martes, 24 de abril de 2018

Residuo III

Los ojos tristones, cariño.
Dibujados en acuarelas.
Mi figura pictórica en pena,
y un corazón de tinta
que con cada palabra se envenena.

21. Marzo

domingo, 22 de abril de 2018

Supernova III

20 abril.

He derrumbado el castillo de cenizas que levanté en el cenicero, he llegado la segunda, pero soy la primera. Sigo sin rimar ninguna porque mis besos siguen siendo impares. Siguen intentando interpretarme, quizá una noche tengan suerte. Mi umbral de dolor está roto, esta vez cuéntaselo a otro, esta ya me la sé y ya no me provoca nada nuevo aunque lo tallara en mis ojos.

viernes, 20 de abril de 2018

Supernova II

09/02/2018

Se acabó.

Mi mano se desliza, pero cualquier superficie ya es áspera. Mi dolor se hace conciso, lo noto en mis ojos. Hoy rompí un vaso, se cayó al suelo y pude verme en cada uno de los pedazos. Intentan interpretarme, he vuelto a ese estado. Hay humo denso, y una chica no para de mirarme, creo que es la única que se ha dado cuenta que estoy en el cuarto, pero no delante. Cariño se me da de puta madre escribir sobre esto, el amor se lo dejo a otros. He levantado un castillo en el cenicero, y sé que si suspiro lo desplomo, pero me da miedo matar a quien aún vive dentro. No he rimado ninguna, porque los primeros son impares, y yo me siento así, aunque haya llegado segunda. 

viernes, 13 de abril de 2018

martes, 10 de abril de 2018

Oscura, como siempre.

Estoy sentada en la barra,
y hay unos ojos inquietos
observando atentos mi silencio.
Los neones me destellan
lo que la luna de otra persona ya no puede.
Estoy oscura, o eso me dicen,
indiferente de si el sol amanece.
Voy a darme caza,
porque en ninguna de esas miradas sucede.
Quince espinas,
decorando mi cuello desangrado,
y un montón de flores mustias
que no les pareció suficiente
mi amor para crecer,
lo de siempre.



miércoles, 14 de marzo de 2018

Eres luz.

Tengo plomo en mis pestañas de la guerra cruzada a la que me someten cada noche tus auroras boreales, abriendo fuego contra mí. Te dedico el frío polar de mis grietas, si solo así disparas destellos que puedan atravesar este alma en decadencia que agota poco a poco toda la luz que yo una vez también fui.

Abrásame en ese fuego azul,
ahora que estamos a tiempo,
no entiendo de banderas,
aunque sean blancas,
pero sé que si me quemas,
vendrá la calma.

Eres luz.

martes, 6 de marzo de 2018

Sin título 4.

En mis huesos tallado todo lo que no digo, mis vértebras rotas por el frío, y en mi espalda corriendo cada gota de sangre que mi corazón ya no bombea aunque algo de todo lo que perdí vuelva conmigo.


miércoles, 28 de febrero de 2018

Residuo II

Descubrir tu nombre, 
y que me adule la pena,
y que retumbe en mi cabeza, 
y en sus bocas, 
y en mis orejas, 
y en los recovecos más oscuros de mis grietas.


25.feb


Residuo I

Es de noche, como siempre, no conozco otra forma de vivir. Y aunque todos los gatos son pardos, podría distinguir entre la multitud su piel y sus lunares, sus gestos esquirlos dedicados a mí.

Nadie se acerca, es normal, soy la única en el lugar que muerde antes de ladrar, y todavía confío en que algún día alguien me saque las garras y me pueda matar.

18.feb

martes, 6 de febrero de 2018

Sin título 3

Cálmame, o termina de llevarte esta piel, aunque me escueza toda una vida.

De ti están llenas mis cuencas, y a borbotones gotean si el tiempo no me sacia, me envenena y me condena.

No saben de que hablo, yo tampoco, pero le escribo y se rompen mis venas.

Hace muchos escalofríos que llevo el alma en quiebra, soy todo lo que a estos huesos le sobra, mañana quizá deje todo a medias y me esconda.

lunes, 5 de febrero de 2018

Tormento.

No soy el cenicero,
ni herrete,
ni la envoltura de un caramelo,
ni madriguera de pelusas,
ni chicle bajo la mesa.

No soy la bolsa de basura.
Ni el vaso incolmable de gotas.
Ni el cajón desastroso.

No soy la puta tirita.
Ni algo efímero,
ya no.

No soy temporal.
Porque de serlo,
me encargaría de ser tormento.

sábado, 3 de febrero de 2018

Supernova I

Me desvanezco.

Como la pluma que cae con lentitud entre oscilaciones variables al suelo.

Pero lo hago. Y ninguna brisa puede levantar el vuelo ahora que he decidido impactar.

Suave, pero a plomo.

Y en otra cosa no,
pero mi prosa en picado, aunque encuentre curvas, no tiene ángulo más certero.

Después de esto,
escucharás un estruendoso silencio. 

jueves, 1 de febrero de 2018

Sin título 2

Tengo un escalofrío en mis ojeras que tiene ganas de salir, y reventarme bajo los neones de algún sitio en esta ciudad gris.

Estoy a una luna envenenada
de acabar como las grecas.

Cada vez más oscura.
Catástasis en mis grietas.

Mi pecho acongojado,
expulsando el frío glaciar que ninguno de esos iris canela, zafiro o menta quiere derretir.

miércoles, 31 de enero de 2018

De algo hay que...

De algo hay que morir, les dije,
o eso pienso cada vez que te veo.
De algo hay que vivir, me dijeron,
pero no admití que también lo pienso si te veo.

Quiero que exploten estas líneas,
y que me dejen dormir hasta que mañana sus ojos vuelvan a abrir fuego.

martes, 30 de enero de 2018

Las estrellas.

23/01/18

También tengo amor que ya no voy a confesar nunca, porque ya no sé si se trata de espacios o vacíos. Y hay una sombra eclipsando mi corazón que no quiere volver a amanecer, solo así ve venir las estrellas que quieren impactar sobre mí para hacerme caer.

Sonrío en el vacío.

Me miran, me preguntan, no sé que responder. Llevo los ojos rojos, pero no sé de qué.
Me pesan, y esta vez no hablo de mis ojeras.
Los hielos se han derretido, y no sé si es por exceso de tiempo o de infierno.
Siguen mirándome, sonrío en el vacío.
Están hablando, y aunque escucho, no oigo nada.

Tengo el corazón en un puño. 

martes, 16 de enero de 2018

Tu luna.

También tengo palabras que no voy a confesar nunca, y quien quiera encontrarlas deberá ganar que se las escriba en braille por la piel con el tacto de mis yemas. Y si al final queda algo bonito en mí es todo aquello que ni escribo ni recito, siempre he sido más de no dejar cicatriz, pero si las huellas que delatan que si paso por tu luna no voy a ser otra cualquiera. 

miércoles, 10 de enero de 2018

Desértico.

Tengo zafiros que me quieren sin pensar y siguen sin ser correspondidos, la parte que les toca es en ocre porque en mi iris hace tiempo que todo es desértico, y a mí siempre me dio miedo no divisar el horizonte de ese mar paradójico. 

Sigo con los pies en la tierra, como siempre, pero las dunas de mis dudas nunca son estables, y solo me cuelgo de la pupila más oscura que en la noche me pueda tragar.